Las expectativas han cambiado y ahora la educación es una industria de
logros, pero lo que se busca actualmente es el desarrollo de competencias que
permitan adaptarse a la posmodernidad. Estamos ante las primeras generaciones
de nativos digitales, lo cual choca con la idea tradicional de educación como industria
con horarios, uniformes, un personal cualificado que les dice que deben saber.
Con este modelo perdemos la mitad de los chicos con sus habilidades y potencial
para un mejor futuro. Ahora cuando el
estudiante encuentra algo que le gusta o lo apisonan el sólo se mete a la red
para aprender más sobre el tema. Los docentes debemos transmitir esa pasión por
los conocimientos. Por medio de nuevas actividades didácticas apoyadas desde
los libros hasta la tecnología móvil. Es necesario una revolución educativa
donde los conocimientos, maestros y alumnos estén en el mismo siglo. Lo cual no
sucede en la realidad.
El desinterés de la escuela y su poca relación con su realidad laboral,
lleva a que los estudiantes dejen la escuela por considerarla como algo inservible, debemos transformar ese pensamiento,
volverlos a las aulas ya sea de forma presencial, virtual o mixta. Pero hace
falta, alguien que lidere este proyecto o el docente, que rompa las reglas
desde su aula para conseguir esto.
Es necesario replantear el rol
del profesor, ahora debemos ser alguien que facilite, entrene y aporte la
cantidad de sabiduría moral necesaria, para que los alumnos, sean capaces de
hacer juicios éticos en esta gran marejada de información; eso lleva que necesitemos
una preparación profunda y estemos abiertos a nuevos paradigmas o porque no
mejor crear nuevos proyectos de innovación educativa. Sería un gran error pensar que con sólo usar la tecnología en el aula va
a cambiar o mejorar el proceso de enseñanza – aprendizaje. Convirtiéndose en la
Panacea de la problemática educativa de México ante la Sociedad del
Conocimiento; porque la tecnología puede ser un catalizador, pero la educación
es y será siempre cuestión de seres humanos que buscan el desarrollo integral y
armónico de las personas acorde a posturas filosóficas en que se encuentre
apoyada la Educación.
Los nuevos paradigmas educativos deben hacer que en el alumno crezca de
manera exponencial su confianza para aprender por su cuenta, desarrollar su
creatividad y eso ayuda al pensamiento divergente, muy necesario para este tipo
de sociedad llena de incertidumbre y resolución de problemas constantemente.
Las Reformas educativas no sólo deben quedar en letra muerta, sino debe ser
acción, pero el mayor problema es la reticencia
a un cambio de mentalidad, la burocracia y cierto sector del
sindicalismo educativo.